Leyendas del té

El té no es sólo conocido por su intenso aroma y su singular sabor, como infusión milenaria cuenta con un equipaje de leyendas sobre su origen de las diferentes culturas que se atribuyen su descubrimiento. Entre las más conocidas están las leyendas china, india y japonesa.

Leyenda India

Según la leyenda india, el té fue descubierto por el dios Dharma en uno de sus períodos de meditación, bajo voto de soportar en vela nada menos que siete años, en el 500d.C. Transcurridos cinco años de su objetivo comenzaba a sentir que los ojos se le cerraban sin querer. Temeroso y desesperado ante la posibilidad de no cumplir con su palabra, se acercó arrastrando los pies, ya casi dormido, hasta un arbusto solitario que no había visto jamás. Arrancó unas hojitas secas del arbusto y se las llevó a la boca con las últimas fuerzas y esperanzas que le quedaban. Mascaba las hojitas y sintió que las fuerzas volvían a él. Gracias a la planta del té, Dharma pudo cumplir su voto y restar despierto los dos años que le quedaban.

Leyenda China

La leyenda china atribuye el descubrimiento al emperador Sheng-Nong (Shennon) alrededor del 2730 a.C. En la primera versión, descansaba el emperador a la sombra de un gran árbol, cuando el viento hizo desprenderse varias hojas secas por el sol de sus ramas que fueron a parar a un cazo de agua hirviendo junto a él. El color dorado del agua y el aroma que desprendía el vapor atacaron la curiosidad de nuestro emperador, quien no dudó en tomar unos sorbos. Sorprendido por su sabor, se decidió a cultivarla.

La segunda versión apunta que el emperador estaba preparando un gran almuerzo para grandes eminencias chinas.
Nervioso por el evento, no hacía más que dar orden tras orden a sus atareados súbditos de palacio de tal forma que el muchacho que debía transportar el cazo con agua hirviendo lo olvidó junto a la puerta de palacio. Estando allí, unas hojitas de un arbusto cercano se colaron en él, gracias al viento, y cuando el emperador salió a revisar el progreso en el exterior, quedó cautivado por su aroma. Al probarlo, se le escapó el grito de "T'sa" que significa "lo divino", curiosamente el carácter chino para té se pronuncia "cha".

Le pareció tan exquisito que durante el almuerzo mandó servir sendas tazas a sus invitados. El éxito fue tal que todos ellos quisieron llevarse a sus regiones semillas de esa maravillosa planta, siendo finalmente cultivado en todo el territorio chino.

Leyenda Japonesa

Bodhidharma, de sangre de la realeza india, fue un hombre dotado por los dioses con una belleza irresistible para las mujeres. Pese a esa condición, decidió encaminar su vida según las enseñanzas de Buddha y emprendió una peregrinación desde la India hacia China y Japón para obtener la sabiduría. Ya en Japón, cercano al fin de su viaje, cayó dormido a la orilla de un río. Al despertar enfureció: había soñado con mujeres.

La verdad sobre su debilidad le hizo decidir no querer volver a dormir para lograr su objetivo. De esta forma se cortó los párpados y los enterró en la tierra Tiempo después regresó a la misma orilla del río y descubrió que del enterramiento había nacido un arbusto. Decidió secar unas hojas y utilizarlas para hacerse una infusión. Mientras la degustaba notaba cómo desaparecía su cansancio, bebiendo esta planta estaría siempre fresco.

A raíz del descubrimiento, cargó con hojas y semillas para ir de templo en templo y proporcionar a los monjes las sabrosas infusiones que posteriormente utilizarían durante sus sesiones de meditación.

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